Yo recorrí, de espinas, un camino
por entregar mi amor... enamorado.
Yo te amé sin pensar, ilusionado,
y me dejas -de pronto- a mi destino.
¿Por qué, si como nadie yo te he amado,
hoy juzgas mi pecado y con genuino
rencor a mi tu lanza infame vino
a abrir tan cruel herida en el costado?
Absorta en el despecho que adivino,
no has de imaginar que tras la muerte
causada por tu hiel de odio asesino
yo volveré Triunfante y repentino!
Purificada, mi alma es hoy mas fuerte...
se eleva victoriosa de tu sino.
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