Divorcio se ha llamado tu escapada,
tu fiera negación, tu ciego intento
vestido de egoísmo y de tormento
que en ruinas ha dejado abandonada
la imagen de familia -hoy devaluada-,
las vidas (antes cuatro) que, al momento,
heridas ya sufrieron y hoy lamento
no fueran suficiente, y fueran nada,
y que hoy son sólo piezas repartidas
viviendo paz fingida. No lo sientes?
¿Acaso, igual que yo, hoy te arrepientes
de hacer pagar el precio a un par de vidas
-del ser como pareja incompetentes-
si son sólo angelitos... Inocentes?
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